El especialista en gastroenterología y Hepatología Infantil, José H. Avendaño, explicó que la alergia a la leche de vaca conocida como Alergias a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV) es una respuesta exagerada del sistema inmunitario a una proteína que no se encuentra en la leche materna, pero si en la leche de vaca: la betalactoglubina.
“Este tema no es nuevo, esto ya existía, solo que antes trataban de cambiar de una leche a otra leche y encontrar una leve mejoría, y como los síntomas no son de gravedad, los papás se van acostumbrando a ese malestar en su bebé. Además, esta alergia no es para toda la vida, el padrón se supera a una cierta edad. Es muy raro ver adultos con APLV”, explicó el galeno.
Dijo que esta alergia es una reacción adversa a las proteínas de la leche de vaca, que generalmente son dos: la caseína, es la parte sólida (cuajada) de la leche y el suero, que es la parte líquida de la leche que queda después de que se cuaja.
“En la alergia mediada por la igE se presentan síntomas gastrointestinales, respiratorios y dermatológicos que generalmente aparecen dentro de la primera hora después de consumir la proteína. El más frecuente es el cutáneo (picazón, urticaria e hinchazón en los labios y los párpados), también pueden ocurrir síntomas digestivos (vómitos, diarrea, sangre en las heces, cólicos abdominales, náuseas entre otros), y síntomas respiratorios (rinoconjuntivitis, asma y silbidos al respirar). En los casos más graves, puede ocurrir anafilaxia, una reacción peligrosa que pone en riesgo la vida”, explicó.
Texto y foto: INTI


