Jorge Mario Bergoglio, conocido en todo el mundo como el papa Francisco, murió este lunes a los 88 años a consecuencia de un ictus seguido de un colpaso cardiovascular en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano.
Papa Francisco se denominó así tras ser elegido el 13 de marzo de 2013 como líder de la Iglesia Católica, luego de la renuncia de Benedicto XVI, el alemán Joseph Aloisius Ratzinger.
En muchas ciudades del mundo se levantaron capillas ardientes con la fotografía del
Sumo Pontífice, donde la población acudió para elevar una oración en su memoria.
Uno de esos lugares fue el que se erigió en la Catedral Metrolpolitana de la ciudad de La Paz, donde la población acudió para despedir a quien en 2013 llegó a Bolivia y brindo una misa en ese mismo lugar.
Previo a su deceso, el líder de la Iglesia católica padecía de una «pulmonía bilateral» con «infección polimicrobiana». El 14 de febrero, el pontífice fue ingresado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli tras sufrir durante varios días un ataque de bronquitis. Cuatro días después, sus médicos le diagnosticaron una neumonía bilateral debido a que la situación clínica empeoró gradualmente. Tras 38 días hospitalizado, el papa Francisco regresó a su residencia vaticana de la Casa Santa Marta para continuar con su recuperación.
Uno de los rasgos más característicos del Obispo de Roma fue su cercanía hacia los jóvenes, a quienes consideraba como «la esperanza de un futuro mejor».
También se mostró siempre como un amante de los deportes, y, a pesar de la distancia, nunca dejó de recordar su amor al club de fútbol del que era hincha en Argentina, el San Lorenzo de Almagro, institución ‘azulgrana’ fundada por el sacerdote salesiano Lorenzo Massa, en 1908. (RT)
Mensaje de paz
 Francisco cercano a los jóvenes.


														